Los Caproni Ca.111: Los “Elefantes alados” del Cuerpo Aeronáutico del Perú (parte 1)  

 

El conflicto armado entre Perú y Colombia (1 de setiembre de 1932 – 20 de Mayo de 1933) evidenció la pobre preparación, tanto del personal como de material, del naciente Cuerpo de Aviación del Perú para afrontar un conflicto de proporciones sobre la agreste Amazonía. Se hizo imperativa necesidad de un re-entrenamiento con tácticas adecuadas, así como un re-equipamiento con material moderno y adecuado para la realidad peruana.

Las maquinas adquiridas durante el desarrollo del conflicto así como en inmediato posterior al alto al fuego resultaron insuficientes o, en algunos casos, poco idóneas para el rol que debían desempeñar. Los únicos aviones que poseían prestaciones respetables y podían ser equipados con flotadores, el Potez 390A.2 y el Nieuport-Delage 121C.1, no poseían un rango adecuado. Mientras tanto Colombia no solo había adquirido varios bombarderos Curtiss BT-32 y botes voladores Consolidated, sino que su Aviación Militar se había hecho de un trió de Junkers Ju.52g3m los cuales, equipados con flotadores, podían bombardear la ciudad de Iquitos desde sus bases en el Caquetá.

Con la finalidad de contrarrestar las adquisiciones Colombianas el CAP buscó hacerse de nuevas maquinas –sobre todo bombarderos- que pudiesen contrarrestar la adquisición por parte de Colombia. Los atentos lobbies vendedores de armas inundaron las oficinas del Ministerio de Marina-bajo cuya jurisdicción se encontraba el Cuerpo de Aviación- con brochures publicitando diversos modelos, como los más adecuados para cubrir las necesidades del Arma. Con las relaciones con los Colombianos todavía en un estado endeble,  el principal requisito que debían cumplir las nuevas aeronaves era-obviamente- el que tuviesen la capacidad de atravesar la cordillera de los Andes con plena carga de bombas.

Societá Italiana Aeroplani Caproni asegura el trato

Es dentro de este contexto que la Societá Aeroplani Caproni S.p.A., a través de su representante de en Lima, Sr. Quinto Manuel Longo, contactó a las autoridades competentes ofreciendo una diversa gama de aeronaves entre las que se encontraban el bombardero mediano Ca.111 y el caza biplano de alta performance Ca.114. Adicionalmente, la Caproni ofreció igualmente el avión de alta acrobacia Ca.113, del cual el Ca.114 era un derivado.

El interés del gobierno de Benavides, quien declaraba públicamente su admiración por el régimen fascista, en hacer negocios con la Italia de Mussolini, y el hecho de que el Banco Italiano (hoy Banco de Crédito) ofreció financiar cualquier trato con el estado italiano presentaron circunstancias favorables que influyeron en la decisión final de aceptar la propuesta de la Aeroplani Caproni. Un acuerdo fue alcanzado entre el representante de la casa italiana y el Supremo Gobierno mediante el cual se estipulaba la compra de 25 aeronaves, 12 bombarderos Ca.111, similar cantidad de cazas Ca.114, un Ca.113 de entrenamiento avanzado además de juegos adicionales de flotadores para todas las aeronaves de combate, motores y piezas de repuesto, junto a un completo entrenamiento para sus tripulaciones.

El Caproni Ca.111

El Caproni Ca.111 fue un desarrollo del Caproni Ca.101 originalmente diseñado por el ingeniero Gianni Caproni a finales de la década de los veinte. Este desarrollo monomotor del Ca.101 tuvo su primer vuelo, a manos del piloto de pruebas Mario di Bernardi, en Febrero de 1932. Al igual que su predecesor, el Ca.111 era un bombardero de ala alta pero impulsado por un motor Isotta Fraschini 750 R.C.35  de 18 cilindros en configuración W que desarrollaba 750hp y que impulsaba una enorme hélice cuatripala de madera de paso fijo o, en versiones posteriores, una hélice tripala de paso variable. Esta aeronave tenía una velocidad máxima de 265km/h, un techo efectivo de 6,700metros y un alcance de 2,000km. La construcción de este aparato seguía la formula de construcción mixta con un fuselaje formado de tubos de acero soldado revestido de placas de aluminio en las áreas frontales, así como laminas de madera reforzada y tela en las posteriores. Esto lo hacía sencillo y económico de construir así como facilitaba su mantenimiento. Su carga ofensiva alcanzaba los 600kg de bombas en distintas combinaciones, llevadas tanto interna como externamente, o un torpedo de 800kg. Una mira de bombardeo Jozza proveía la guía para las bombas. Por otro lado el armamento defensivo estaba constituido por dos ametralladoras Lewis calibre 7.7mm localizadas, la primera, en una torreta abierta dorsal y, la segunda, en una posición ventral. Un radio receptor AR.1 de onda larga, y un transmisor A.350 permitían las comunicaciones radiales y telegráficas. Los aeroplanos también podían realizar labores de reconocimiento, gracias a la provisión en el fuselaje para cámaras fotográficas.

 

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Los Ca.111 podían ser equipados tanto con pontones como con trenes convencionales, aunque las pruebas demostraron que los primeros afectaban en un porcentaje las características de vuelo, por lo que la carga bélica debía reducirse. El esquema de pintura en el que arribaron todos los Ca.111 Peruanos consistía en franjas horizontales rojas sobre un fondo caqui en el fuselaje, así como el borde de ataque en rojo, que crecía hacia la parte posterior conforme se acercaba a las juntas del ala con el fuselaje.

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Los doce ejemplares destinados al CAP, identificados con los números de producción 3340 al 3351, eran maquinas nuevas por lo que no poseían matricula militar de Italia. Sin embargo, dada la premura requerida por el gobierno peruano para su entrega algunas de estas aeronaves fueron divertidas de stocks destinados a la Regia Aeronautica de Italia y, por lo tanto, tenían aplicados los distintivos de esta fuerza aérea en sus fuselajes. Tras abandonar el puerto italiano de Genova el 10 de Mayo de 1934 los flamantes bombarderos del CAP finalmente arribaron al puerto de El Callao a principios de junio de 1934. Junto a ellos arribó un trío de Caproni Ca.100S.63 enviados como regalo por el Conde Gianni Caproni, propietario de la compañía.

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En servicio

De acuerdo a un específico pedido del Ministerio de Guerra tres de las doce aeronaves fueron enviadas ensambladas y listas para entrar en operaciones, armamento incluido. Estas fueron enviadas a la bahía de Ancón, hogar del III Escuadrón de Aviación, donde se dio inicio al proceso de familiarización de las primeras tripulaciones asignadas al nuevo sistema de armas. Las aeronaves restantes de inmediato fueron enviadas a las instalaciones del Almacén Central de Aeronautica localizado en la Fortaleza Real Felipe del Callao, donde se dio inicio a su ensamblaje. Completado este proceso y el correspondiente chequeo, los Ca.111 fueron trasladados en vuelo hasta la base de Hidroaviación de Ancón, donde se unieron a las demás unidades. Finalmente el Cuerpo de Aviación poseía en sus filas un aeroplano capaz de llevar la guerra al interior de Colombia de ser necesario.

 

Acerca de Alasandinas
Amaru Tincopa es un historiador aeronáutico peruano miembro de número del Instituto de Estudios Histórico Aeroespaciales del Perú. Ha publicado 21 libros (propios y colaboraciones) así como numerosos artículos en diversas revistas especializadas en materia aeronáutica e historia militar.

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