Bielovucic y el centésimo quinto aniversario del Primer vuelo autopropulsado en el Perú
15 enero 2016
Habiéndose cumplido ayer catorce de enero otro aniversario de aquel primer vuelo de una maquina autopropulsada sobre territorio peruano presento una reseña de como el Peruano de origen Croata Juan Bielovucic Cavalié retornó a su país para grabar su nombre en los anales de la historia aeronáutica del Perú.
Origenes y el desarrollo de su profesión como aviador
Juan Bielovucic Cavalié nació en la ciudad de Lima el 30 de junio de 1889 producto del matrimonio entre el inmigrante Croata Juan Miguel Bielovucic y la dama de origen francés Adriana Cavalié. Una grave enfermedad obligó a la familia Bielovucic-Cavalié a dejar el país con rumbo a la ciudad de Dubrovnik, en la costa Dalmaciana (actualmente Croacia) cuando el pequeño Juan apenas contaba con ocho años. Tras la muerte de su padre Juan se re-ubicó con su madre en París, buscando el apoyo de los familiares maternos.
Como muchos otros jóvenes de familias acomodadas de la época, Juan vivió sus primeros años de juventud admirando las aeronaves y aquellos osados hombres que se enfrentaban a los riesgos y piloteaban sus frágiles aparatos cada vez más rápido y más alto, siendo el brasilero Santos Dummont, a quien tuvo la suerte de conocer personalmente, su foco de admiración y aprendizaje. Decidido a buscar la aventura en los cielos Juan Bielovucic se enroló en la escuela de vuelos de los hermanos Voisin, recibiendo instrucción de vuelo autorizada con la licencia N°87 de fecha junio 10 del año 1910.
Su espíritu competitivo y la búsqueda de fama y fortuna lo llevaron a tomar parte en los famosos Air Meetings que por aquellos años se realizaban en suelo Europeo, equivalentes a los actuales premios de Fórmula Uno, iniciando su participación en los mismos en aquel realizado en la ciudad de Budapest, en Hungría, entre el 5 y el 15 de junio del año 1910. Totalmente embelesado por la experiencia, Bielovucic continuó participando en estos vuelos organizados a lo largo de Europa, tomando parte en el raid Mourmelon-el Ferre del 15 de agosto de 1910; el circuito Billancourt-Vannes-Malakoff realizado entre el 28 de agosto y el 2 de septiembre y, finalmente, en el Circuito Aéreo Internazionale desarrollado entre el 24 de setiembre y el 3 de octubre del 1910, donde obtuvo el quinto lugar en la clasificación mundial de vuelo de distancia.
Poco después, el 23 de setiembre de ese mismo año y mientras trataba de volverse el primer hombre en cruzar los Alpes en vuelo, el ciudadano francés de ascendencia Peruana Jorge Chávez Dartnell resulto seriamente herido cuando el Bleriot XI que piloteaba se estrelló poco antes del aterrizaje en Domodossola. Cuatro días después Chávez sucumbía a sus heridas, acompañado en su lecho de muerte por un entristecido Bielovucic, quien juró completar el vuelo de su compañero.
BIELOVUCIC Y SU VOISIN TOMAN VUELO EN LIMA
Enterados de los notables logros de los aviadores peruanos en el viejo mundo, un grupo de notables Peruanos –liderados por el entonces Ministro de Guerra, General Pedro E. Muñiz- fundaron, a fines del año 1910, la Liga Peruana Pro-Aviación, entidad destinada al desarrollo de la aeronáutica en el Perú. Esta institución tomó contactó con Bielovucic, comunicándole su deseo de adquirir aeronaves con los cuales se diese inicio a las operaciones de la Escuela Nacional de Aviación, de la que él sería el jefe, en merito a su conocimiento en la materia y los palmares obtenidos en el viejo mundo. Aceptada la propuesta del Gobierno Peruano, Bielovucic solicitó la asignación de los medios económicos necesarios para el cumplimiento de los fines planteados, a través de un telegrama cuyo texto decía:
“Doy mi autorización a la Casa Hart y Cia. de Lima, para recibir 25,000 francos al contado por mi cuenta, y depositar también a mi cuenta 25,000 francos necesarios para llevar dos técnicos, adelantando sobre el gasto total 12,000 francos. Suplico abonar dicha suma sobre los gastos de viaje y gastos de transporte, en el sentido de vuestro telegrama del 19. Venderemos los dos aparatos después de terminar el contrato. El precio de venta será el de costo o se tratará según el estado de los aparatos. Respuesta inmediata. Partiré el 1ro. de diciembre en el vapor Provence. Bielovucic.”
Con la finalidad de cumplir con esta demanda económica, la Liga realizo una colecta pública en todo el Perú y, una vez reunida la misma y con la respuesta afirmativa del presidente de la Liga, Bielovucic se embarcó con rumbo al Callao no a bordo del Provence, pero del Normandie, vapor que también transportó los dos Voisin type Bordeaux adquiridos con el monto de la colecta, así como de los técnicos franceses, Henry Chailley y Pierre Schuck, contratados según lo acordado. Una vez en Panamá, el grupo y las aeronaves realizan un trasbordo al vapor Ucayali en el cual continuaron su travesía con rumbo al Perú.
Mientras tanto en Lima el ejecutivo había emitido, tras la creación de la Liga, la Resolución Suprema el 10 de octubre de 1910 que convocaba por vez primera a un concurso para seleccionar a un grupo de oficiales a fin de que sean enviados a Europa con la finalidad de recibir instrucción de pilotaje. La llegada, sin embargo, de Bielovucic a Lima el 8 de enero de 1911 y el subsecuente inicio de operaciones de la Escuela Nacional de Aviación, significó la suspensión -indefinida- del viaje de los oficiales, quienes terminaron siendo enrolados en la Escuela.
Dada la ausencia de campos de aviación idóneos los primeros vuelos de Bielovucic tuvieron lugar en las instalaciones del antiguo hipódromo de Lima, ubicado en el distrito de Santa Beatriz, adonde arribaron las cajas conteniendo los dos Voisin y cuyo ensamblaje llevaron a cabo los técnicos franceses bajo la atenta mirada del personal de la Escuela de Artes y Oficios de Lima. El primer vuelo de prueba se realizó a las cuatro de la tarde del 14 de Enero de 1911, ante un reducido número de espectadores, pertenecientes en su mayoría a la Liga, quienes observaron la aeronave elevarse unos metros del suelo y viajar a esa altura por aproximadamente mil metros, tras lo cual tocó tierra de manera algo brusca ocasionando la ruptura de una de las ruedas, hecho que pasó inadvertido para la concurrencia que, extasiada, vitoreaba al valiente piloto. Realizadas las reparaciones el aeroplano quedo expedito para su vuelo oficial a realizarse al día siguiente. Finalmente, el 15 de enero de 1911 a las 1151 horas Juan Bielovucic despegó desde el Hipódromo de Santa Beatriz, volando delante del palco donde se encontraban el Presidente de la República, don Augusto B. Leguía, así como personalidades del ámbito político y social, reunidas para presenciar este importante acontecimiento de la historia del Perú.
Otras proezas
El 21 de Enero de 1911, siete días después de realizar su primer vuelo sobre Lima, Bielovucic hizo historia nuevamente al llevar su Voisin en un vuelo sobre el océano Pacifico en frente de la capital peruana, sobrevolando buques de la Armada Peruana “Almirante Grau” y “Coronel Bolognesi”, hecho que fue ampliamente publicitado en los medios de comunicación de la época, así como lo fue el evento realizado en el Hipódromo de Santa Beatriz y organizado por la Liga con el fin de recaudar fondos para la adquisición de un mayor número de aeronaves. El 29 de Enero y continuando con sus actividades de promoción aérea, Bielovucic voló al Balneario de Ancón –ubicado a las afueras de Lima- realizando de este modo el primer raid al “interior” del país, empleando poco más de 40 minutos en realizar esa proeza. Durante los meses siguientes, y siempre bajo el auspicio de la Liga, inicia –junto al piloto francés Henry Chailley- los cursos de entrenamiento de los primeros aviadores Peruanos, en vuelos realizados durante el mes de marzo. Es menester indicar que el Voisin era una aeronave muy precaria diseñada alrededor de un ocupante, y al no contar con doble comando el instructor, en este caso Bielovucic, debía sentarse –amarrado a la aeronave- detrás del ocasional pupilo a fin de darle las instrucciones de vuelo. Tales eran los riesgos que corrían los aviadores en estos primeros años.
En Marzo, tras concluir el contrato entre Bielovucic y la Liga Peruana Pro Aviación, el gobierno decidió no renovar –probablemente por falta de fondos- el contrato con Juan Bielovucic Cavalié y este, debido a la necesidad de honrar compromisos pendientes, finalmente abandonó la tierra que lo vio nacer con rumbo a Francia el 11 de abril de 1911. Ambas aeronaves, mientras tanto, quedaron en poder del gobierno peruano que resolvió extender el contrato al aviador francés Chailley por un mes adicional.
LAS AERONAVES DE BIELO
El Voisin type Bordeaux
Biplano construido por los hermanos Gabriel y Charles Voisin en 1090, cuya estructura estaba compuesta de tubos de acero y vigas de madera. Sus alas estaban forradas en tela y tenían una envergadura de 36 pies (10 metros), con un metro cincuenta de separación entre ellas, siendo cada una de dos metros de ancho. La superficie de sustentación estaba formada por dos planos principales ligeramente cóncavos y paralelos; El medio de propulsión era un motor radial Gnome de siete cilindros, ubicado en la parte posterior del aeroplano y capaz de desarrollar unos modestos 55hp a 1200 revoluciones por minuto, accionando una hélice bipala de madera, de dos metros 30 cm de diámetro. El peso total de la aeronave era de 1,300 libras (522 kilos).
El Hanriot D.1
Monoplano de ala media de una plaza con alas ligeramente curvas con superficies de control controladas por cables que se originaban en una serie de cortos postes que formaban una pirámide al centro del fuselaje, debajo de la cual se ubicaba la cabina del piloto. La aeronave tenía dos versiones, diferentes únicamente por el tipo de motor empleado, siendo estos el Anzani y el Gnome rotativo de 50hp o el Anzani, estático, igualmente radial, de seis cilindros
Una característica particular del D.1 era su tren de aterrizaje, estilo Hanriot, equipado con dos patines longitudinales, que tenían como objetivo evitar el capoteo de la aeronave durante el despegue o aterrizajes y que la cola golpease el terreno durante los mismos, así como también servir de sistema de frenado sui generis.